El uso de lentes de contacto se ha hecho increíblemente popular en todo el mundo, con más de 85 millones de usuarios en la actualidad. Aunque en general son seguras, las lentes de contacto pueden provocar a veces graves complicaciones oculares si no se manejan con cuidado. Una de las complicaciones más graves es la úlcera corneal, un tipo de herida en la córnea causada por una infección que puede provocar una pérdida permanente de visión si no se trata. Este artículo profundiza en las causas, factores de riesgo, síntomas y medidas preventivas de las úlceras corneales relacionadas con las lentes de contacto, para ayudar a los usuarios a mantener unas prácticas seguras con las lentes y preservar su salud ocular.
Una úlcera corneal es una llaga abierta que se forma en la córnea, a menudo debido a una infección que atraviesa la superficie corneal. Los usuarios de lentes de contacto corren un mayor riesgo de desarrollar esta afección, sobre todo si las llevan durante periodos prolongados o durante la noche, tienen malos hábitos de higiene o no siguen unas pautas específicas de uso de las lentes. Las úlceras corneales pueden desarrollarse rápidamente, con infecciones como la de Pseudomonas aeruginosa, capaces de causar un deterioro significativo de la visión en sólo 24 horas si no se tratan (Loh y Agarwal, 2014).
Índice
Varios comportamientos y afecciones aumentan la probabilidad de desarrollar una úlcera corneal:
Uso de lentes de contacto cosméticas: Los pacientes que utilizan lentes de contacto principalmente con fines cosméticos tienen un mayor riesgo de queratitis infecciosa debido a que no conocen y/o no siguen las recomendaciones de la FDA para el cuidado adecuado de las lentes de contacto, y desconocen los efectos secundarios. Estos usuarios también tienen un mayor riesgo de sufrir traumatismos mecánicos o complicaciones como infecciones corneales (Mohammad-Rabei, Feizi y Sheibani, 2014).
Uso de lentillas durante la noche: Uno de los principales culpables es llevar lentillas mientras se duerme. Durante el sueño, se restringe el flujo de oxígeno a la córnea, especialmente con lentes que ya pueden limitar la transmisión de oxígeno. Esto puede provocar hipoxia corneal, en la que los niveles reducidos de oxígeno causan la descomposición del tejido, y crea un entorno más susceptible a la infección.
Uso prolongado: El uso continuado durante periodos prolongados, como utilizar las mismas lentes durante varios días, puede contribuir a la acumulación bacteriana y aumentar las probabilidades de que se forme una úlcera. El riesgo es especialmente elevado para los usuarios de lentes blandas de uso prolongado, con una tasa de incidencia de úlceras de 13,3-20,9 por 10.000 usuarios (Loh y Agarwal, 2014).
Mala higiene: No mantener una higiene adecuada de las lentillas es un factor importante en el desarrollo de úlceras corneales. Esto incluye no lavarse las manos antes de manipular las lentillas, reutilizar las soluciones de limpieza o utilizar estuches y limpiadores contaminados, todo lo cual puede introducir bacterias nocivas y otros microorganismos en el ojo.
Factores personales y ambientales: Ciertos hábitos personales, como fumar, también aumentan el riesgo de úlceras corneales. Los ambientes secos, el polvo y la exposición a irritantes como el humo también pueden exacerbar la sequedad y el riesgo de infección en los usuarios de lentillas.
Las úlceras corneales relacionadas con las lentes de contacto pueden causar diversos síntomas, y su reconocimiento precoz es esencial para prevenir complicaciones graves:
Síntomas graves: A medida que avanza la infección, aparecen síntomas más intensos, como enrojecimiento ocular, dolor intenso, sensibilidad a la luz (fotofobia), secreción ocular y visión borrosa. En los casos más graves, puede formarse una acumulación similar al pus (hipopión) en el ojo, un signo claro de una infección potencialmente mortal para la vista.
Síntomas leves: En las fases iniciales, los usuarios pueden experimentar molestias, sensación de tener algo en el ojo y lagrimeo excesivo. Estos síntomas pueden parecerse al ojo seco o a una irritación leve, por lo que a veces pueden pasarse por alto.
Si se sospecha una úlcera corneal, es fundamental buscar atención médica inmediata. Un oftalmólogo realizará un examen con un microscopio de lámpara de hendidura y puede aplicar un tinte de fluoresceína para detectar irregularidades en la superficie. Además, pueden tomarse muestras del ojo para identificar el organismo específico responsable, lo que orientará la elección del tratamiento. El tratamiento suele consistir en retirar la lente de contacto y aplicar colirios antibióticos o antimicóticos para controlar la infección. Los casos graves pueden requerir antibióticos o antifúngicos sistémicos.
La prevención es crucial, y siguiendo estas pautas, los usuarios de lentes de contacto pueden reducir significativamente el riesgo de úlceras corneales:
Ten cuidado con los síntomas: Si notas enrojecimiento, molestias o cambios en la visión, quítate las lentillas inmediatamente y busca atención profesional. Una intervención precoz puede suponer una diferencia significativa en la prevención de daños duraderos.
Evita llevarlas durante la noche: A menos que se prescriba específicamente el uso nocturno, quítate las lentillas antes de irte a dormir. Las lentillas de uso prolongado deben quitarse regularmente para limpiarlas y desinfectarlas.
Practica una buena higiene: Lávate siempre las manos antes de tocar las lentillas, y asegúrate de que las lentillas y los estuches se limpian siguiendo las instrucciones del fabricante. Utiliza una solución nueva cada vez y evita rellenar o reutilizar la solución vieja.
Sustitución periódica: Sigue el programa de sustitución recomendado tanto para las lentes como para los estuches. El uso prolongado de lentes o estuches desechables puede aumentar el riesgo de contaminación.
Limita los riesgos ambientales: Evita llevar lentes en ambientes secos o polvorientos o durante actividades que impliquen exposición al agua, como la natación, para evitar la contaminación.
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A medida que aumenta el uso de lentes de contacto, también aumenta la posibilidad de complicaciones como las úlceras corneales. La concienciación sobre el cuidado adecuado de las lentes, la higiene y los riesgos asociados al uso prolongado puede ayudar a los usuarios a prevenir infecciones graves. El diagnóstico y el tratamiento precoces son esenciales, así que no ignores las molestias o los síntomas inusuales relacionados con el uso de lentes de contacto. Siguiendo las mejores prácticas y dando prioridad a la salud ocular, los usuarios de lentes de contacto pueden disfrutar de sus ventajas sin comprometer su visión.